Abstract
La dignidad excepcional de lo sagrado que interrumpe la homogeneidad de espacios y tiempos resulta un suceso ineludible para todo hombre, pues en esta experiencia se halla la búsqueda y desvelamiento de la realidad en su hondura más radical. Por medio de la acción sagrada lo santo sucede. En tal sentido, lo santo es lo que existe de inmediato, y lo profano, lo que asume la posición o capacidad de simbolizar lo sagrado, dándose así una estrecha comunidad entre ambos. La objeción moderna duda de la presencia real de lo divino en la acción sagrada, y esta negación de la sacramentalidad es la raíz de toda desacralización. La aceptación del acontecimiento original de la Encarnación -no solo en el tiempo sino también ontológicamente- es el fundamento que permite vivir la sacramentalidad.Date
2013-01-01Type
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