Abstract
La estructura del alma y la antropología han sido temas abundantemente desarrollados por los autores cristianos medievales a partir de la expresión bíblica "imagen y semejanza". En ese contexto conceptual, el Beniamin minor de Ricardo de San Víctor muestra cómo ratio y affectio necesitan la discretio para equilibrar todas las virtudes y poder acceder a la contemplación. Ricardo, que ve en cada hijo de Jacob, un símbolo de las virtudes, atribuye la discretio a José, hijo de Raquel, quien a su vez representa la razón. El artículo recuerda cómo, ya a partir del final del siglo XII, la discretio quedará absorta en la noción de prudencia. Ricardo siendo su último e importante exponenteDate
2006-01-01Type
journal articleIdentifier
oai:scielo:S0049-34492006000100002http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext
&
pid=S0049-34492006000100002